No podemos salir, pero sí podemos entrar al mundo interior
No podemos salir, pero sí podemos entrar al mundo interior
La situación de encierro que estamos experimentando hace algunos meses nos afecta a todos. A algunos en mayor medida que a otros, por diferentes y variados motivos. Como en toda situación, a ciertas personas se les hará más fácil poder adaptarse a este nuevo contexto, pero pienso que a TODOS, de una u otra manera dependiendo de nuestros recursos tanto materiales como inmateriales, nos trae repercusiones de la más diversa índole.
Cualquier dolor, cualquier preocupación, cualquier situación incluida por supuesto ésta, se agrava de modo exponencial si quien la sufre se obstina en pensar que: “solo me ocurre a mi”. Entonces, un buen punto de partida para movernos del pesimismo al optimismo es afirmar que nadie puede quedar ajeno a sufrir alguna consecuencia en este particular contexto. Seguramente al final de este periodo quedaremos con más preguntas que respuestas y esa es mi idea: una invitación a la reflexión, a cuestionarnos, a pensarnos, haciéndonos preguntas y NO necesariamente para encontrar respuestas inmediatas.
¿Puedes responder estas preguntas?
Esta puede ser una muy buena oportunidad para aprender y re aprender, a escuchar nuestro mundo emocional, darle voz a aquello a lo que no le damos habitualmente. En ese sentido te pregunto: ¿Puede ser la cuarenta una experiencia de aprendizaje? ¿Qué podríamos aprender en este período de encierro? ¿Qué estamos descubriendo de nosotros mismos? Quizás hay cosas que antes no veíamos… ¿Qué ha aparecido en esta cuarentena? ¿Qué ha desaparecido? Seguramente hay ciertas cosas que dábamos por hecho, cosas en el mundo de lo automático, de lo obvio, de lo invisible... ¿Qué cosas se tornaron visibles?, ¿Qué cosas se volvieron relevantes ahora en nuestras vidas?, ¿Qué hace que estas sean importantes?, ¿Qué va haciendo sentido? ¿Qué deja de tener sentido? ¿Qué nos está acomodando, qué nos incomoda?
Las emociones tiñen la manera en que vemos el mundo, las más presentes hoy en día entre nosotros son: aburrimiento, frustración, incertidumbre, rabia, pena, nostalgia, miedo, entre otras. Son emocionalidades que en la sociedad hedonista en la cual vivimos - centrada en los placeres, evitando a toda costa algún grado de dolor o sufrimiento - no tienen cabida, es más, cuando éstas llegan, es como si solo importara superarlas lo más rápido posible.
Es muy importante descubrir que las emociones NO son controlables, estas simplemente aparecen, y evitarlas es imposible. No puedes elegir qué sentir. Entendiendo que hay emocionalidad alterada esperable, dado que estamos en una situación anormal, nadie sabe responder de manera 100% adaptativa y funcional a este escenario nuevo y complejo, así es que en primer lugar debemos dejar de exigirnos y bajar las expectativas de llevar este período de manera “correcta”. (¿Acaso habías vivido otra pandemia como esta? Entonces, ¿Por qué habrías de saber cómo actuar?)
Vivamos esas emociones, habitemos estas emociones; sintamos la pena cuando hay pena, sintamos la rabia cuando aparece la rabia, lidiemos con el aburrimiento…dejemos que hagan su trabajo, quedemos un rato ahí, y preguntémonos: ¿Qué estoy sintiendo…lo he sentido antes? ¿Cómo me relaciono con esa emoción? ¿Qué función está cumpliendo? Sí, porque las emociones vienen para decirnos algo, por ejemplo; el miedo, tan presente en muchos de nosotros hoy en día, tiene “mala prensa” y está asociado a cobardía, siendo que es la emoción que nos cuida, en sus luces nos entrega la posibilidad de prepáranos, es extremadamente adaptativa y significativa, nos señala lo que queremos preservar, no escuchar el miedo puede generar consecuencias devastadoras. Te invito a ver una charla muy inspiradora en TED “Lo que el miedo nos puede enseñar” de Karen Thompson Walker quien plantea un punto de vista muy interesante con respecto a esta emoción.
Debemos aprender a legitimar nuestras emociones. Cuando las reconocemos, las aceptamos y las hacemos nuestras, se produce un proceso muy liberador y éstas cobran significado y sentido. Además, el hecho de pasar por las emociones, vivirlas y encarnarlas, va generando plasticidad y riqueza emocional, con lo cual podemos inclinarlas a nuestro propio beneficio y bienestar.
La regulación emocional comienza con sentir que la emoción es sana y siempre nos brindará información valiosa, eso no quiere decir que debemos reaccionar de cualquier manera impulsivamente; el comportamiento es la clave, podemos regular la fuerza de la emoción, se puede decir que un individuo influye en cómo se siente la emoción, cuánto dura, cómo se vive y cómo se expresa. No es malo sentir la emoción, pero no somos la emoción, debemos hacernos cargo de lo que sentimos y darle tiempo a que ella nos brinde otra manera de ver las cosas. La regulación emocional se aprende, se entrena. Al observarnos, al hacerlas conscientes, podemos desacoplar automatismos.
Con todo esto, podemos pensar en el hecho de que siempre podemos ELEGIR desde qué lugar nos vivimos las cosas que pasan, y en este sentido, la situación de cuarentena no queda fuera, podemos elegir.
En estos momentos en los cuales tenemos restringidas nuestras libertades individuales por un bien colectivo, no tenemos restringida la libertad de elegir qué actitud adoptar y qué queremos cultivar en este período. Podemos preguntarnos sobre que cuestiones nos preocupamos, si acaso estamos dedicando nuestra energía a aquello que de verdad nos importa…es la oportunidad de volver al centro, a re situar nuestros ejes…
¿Se puede ser feliz en cuarentena?
Escribiendo, me acordé de una frase que alguna vez leí que decía algo así: “la vida se define en como manejas el plan B”, imagino tiene que ver con que la vida es dinámica, en este sentido, es normal que se presenten hechos como los que estamos viviendo. No anticipados, no planeados y que es primordial contar con recursos que nos permitan reaccionar a los obstáculos e improvisar. Aquí van más preguntas para ti: ¿Has pedido ayuda? ¿Has hablado de cómo te sientes? Hazlo, cuando verbalizamos lo que sentimos, nos aliviamos, podemos tener conversaciones colaborativas y dialógicas, y rescatar la sabiduría que reside en cada uno de nosotros.
Esta puede ser la oportunidad de alejarnos del mundo un rato para mirarlo con cierta distancia, desde una nueva perspectiva, invitándonos a valorar lo que tenemos y lo que hemos perdido…depende sólo de nosotros la posibilidad de hacer de esta circunstancia un proceso de enriquecedora reflexión y transformación personal, camino que nos lleva a transitar tanto por luces y claros, como por las sombras y tinieblas que residen en nuestro interior.
No olvides que la felicidad es compatible con los problemas y el éxito es posible en todas las circunstancias. El desafío que tenemos siempre, sobre todo hoy, es aprender a convivir con los problemas, aprender a vivir en esta situación de pandemia, dejar el control de lado, fluir con ella.
Quisiera terminar preguntándote ¿Hay algo por lo que te felicites en esta cuarentena? ¿De qué te sientes orgulloso? Yo me centraría en aplaudirnos por lo que todos hemos conseguido: autorregulación y gestión, capacidad de adaptación y flexibilidad, creatividad, conciencia de limites, pedir ayuda y brindarla, identificar necesidades propias y de otros, alfabetización digital, etc.
El proceso de vivir se trata de pasar por experiencias, pero debemos poder aprender de ellas, es decir, capitalizarlas en aprendizajes. ENTREGUÉMONOS A LA EXPERIENCIA, REFLEXIONEMOS… partamos por aceptar todo tipo de emociones y experiencias. Este período no necesariamente tiene una connotación negativa, tampoco es una pérdida de tiempo, es una vivencia que nos marcará a todos, podemos ver muchas ventajas y de cada uno de nosotros depende su significado y sentido. Yo elijo y prefiero verla como una oportunidad ¿Y tú?
Ejercicio práctico para empezar a trabajar el auto conocimiento en cuarentena:
Todas las semanas, destina un día (todos los días Domingo, por ejemplo) para anotar pensamientos y reflexiones en un cuaderno, el hecho de escribir es muy importante para poder procesar nuestro mundo interior; nos ayuda a plasmar lo que sentimos y poner en perspectiva lo que nos pasa, podemos empezar a reconocer patrones de comportamiento, registrar ciertas tendencias, descubrir qué nos gusta, qué nos molesta, etc. Además de lo beneficioso que es tomarte una pausa para escribir y estar contigo mismo.
Algunas posibles ideas para comenzar…
- Describe tu estado de ánimo general de la semana.
- Las emociones que surgieron esta semana.
- Cómo reaccionaste cuando aparecieron.
- ¿Respecto de qué has tomado consciencia esta semana?
En las siguientes semanas puedes ir comparando tus respuestas. Lo que escribas y releas te ayudará a tomar conciencia de cómo estás más allá de lo evidente y a ver una progresión de tus emociones.
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Autora: Geraldine Price P.
Coach Ontológico - Life Coach Licenciada en Psicología
Fundadora de Stay Wild Chile @stay_wild_chile